En la fabricación de los biberones interviene el bisfenol A, una molécula orgánica utilizada en la fabricación de policarbonatos y para producir materiales plásticos.
Cierta cantidad de esta sustancia puede pasar del recipiente plástico al líquido que contiene, como la leche. Y el organismo de los bebés en sus primeros meses de vida todavía no está lo suficientemente formado como para eliminarlo. Ante el peligro que supone, la Unión Europea ha prohibido la comercialización y las importaciones en todos los Estados miembros de biberones fabricados con la sustancia bisfenol A por sus posibles efectos perjudiciales.
El comisario de Sanidad, John Dalli, ha justificado la prohibición por la necesidad de «proteger mejor la salud de los ciudadanos de la UE y en particular la salud de nuestros niños». «Dado que hay incertidumbres sobre el efecto de la exposición de los bebés al bisfenol A, la Comisión ha considerado necesario y apropiado actuar»,
explicó.
La prohibición fue prevista en una directiva aprobada el pasado mes de enero. Desde entonces, la industria ha ido retirando voluntariamente del mercado los biberones que contienen esta sustancia. Desde el 1 de marzo está prohibido fabricarlos en la UE.
En miligramos
En 2010, Francia y Dinamarca ya adoptaron medidas nacionales para restringir el uso de bisfenol A. La Agencia de Seguridad Alimentaria dictaminó que una ingestión diaria de 0,05 miligramos por kilo de peso es segura, y que la exposición de todos los grupos de población está por debajo de este límite. No obstante, concluyó que para determinar el impacto en los bebés se necesita más investigación.
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